viernes, 2 de mayo de 2014

RITUAL DE AUTOCONSAGRACIÓN

 
 
El siguiente Ritual del auto consagración no es para hacer de usted un Wiccan, esto viene con el tiempo y la devoción (y no con ceremonias de iniciación). Es, en un sentido místico, un paso hacia la conexión de sus energías personales con las de la diosa y el dios. Es verdaderamente un acto mágico que, si está ejecutado correctamente, puede cambiar para siempre su vida.
 
Prepárese tomando un baño el agua caliente. Agregue una cuchara de sales de baño, y una gota de aceite perfumado, como el Sándalo.
 
Si no tiene la bañera, utilice la ducha. Llenado un paño con sales, agregue una gota del aceite esencial, y refriéguelo por su cuerpo. Si está ejecutado este ritual al mar, o al río, dese un baño en él, si lo desea.
 
Mientras que se da el baño, prepárese para el ritual que vendrá. Abra su conciencia a los niveles avanzados del conocimiento. Respire hondo. Limpie su mente, más allá de ese su cuerpo.

Después de haber tomado un baño, séquese y visitase para el recorrido. Vaya a un lugar selvático donde se sienta seguro. Tendría que ser un lugar cómodo donde usted no sea molestado por otros, una zona donde sean obvias las energías de la tierra y los Elementos.
 
Puede ser la cima e una montaña, un cañón o una caverna desierta, quizás en un bosque, un pico rocoso en el mar, una isla tranquila en medio de un lago. También puede ser una zona tranquila de un parque o jardín. Confíe en su imaginación para encontrar el lugar.
 
No tiene que llevar nada con usted más que una botella de aceite perfumado. Sándalo, incienso, canela, u otro olor van bien. Cuando esté llegado al lugar de consagración, quítese los zapatos y cálmese un momento. Calme el corazón si se agitó durante el recorrido.
 
Respire hondo para volver a la normalidad, y libere su mente de pensamientos incómodos.
 
Abrase a las energías naturales de su alrededor.
 
Cuando este tranquilo, párese y rote ligeramente en un pie, escrutando la tierra a su alrededor. Intentando buscar el lugar ideal. No intente encontrarlo; Abra su conocimiento al lugar. Cuando lo haya descubierto (y lo notará cuando vea alguno), siéntese o acuéstese en el suelo. Eche el aceite en la tierra debajo de usted. No esté en pie siéntese o túmbese, entre en contacto con la tierra.
 
Continue respirando hondo. Sienta las energías alrededor de usted. Llame a la diosa y al dios con las palabras que usted desea, o utilizado la invocación siguiente.
 
Memorice estas palabras antes del ritual, de modo que vengan a usted sin esfuerzos, o improvise:

Oh, Diosa Madre,
Oh, Dios Padre,
Respuestas a todos los misterios,
sin embargo misterios sin respuesta;
En este lugar de poder me abro
A su esencia
En este lugar y en este tiempo yo cambio;
Porque a partir de hora yo camino
en el sendero Wiccan.
Yo me consagro,
Diosa Madre, y dios padre.
 
(Repose un momento, en silencio, firme.
Después continúe)

Yo respiro tu energía en mi cuerpo,
mezclándola, uniéndola,
combinándola con la mía,
Que pueda ver Al Divino en la naturaleza,
La naturaleza en el divino,
Y la divinidad en mi y en todos.
 
Oh, Gran Diosa,
Oh, Gran Dios,
Hazme uno con tu esencia
Hazme uno con tu esencia
Hazme uno con tu esencia
 
Puede que sienta una explosión de poder y de energía, o calma y en paz. Su mente podía estar en un vórtice. La tierra debajo de usted puede latir y ondularse de energía.
 
Animales salvajes, atraídos por el fenómeno físico, podían venir a agraciarse con su presencia.

Cualquier cosa que suceda sepa que la Diosa y el Dios no van a odiarlo. Tendría que sentirse por dentro, en paz o simplemente poderoso.
 
Después de la invocación, bañe un dedo con el aceite y marque esos dos símbolos en alguna parte en el cuerpo:
 
 
No importa donde; puede hacerlo en el pecho, en la frente, en los brazos, en las piernas.
 
Mientras se dibuja los imágenes, visualice como estos símbolos se hunden en su carne, brillando mientras que entran en su cuerpo y entonces se dispersan dentro en millones de pequeñas partes luminosos.
 
La auto consagración formal esta terminada. Agradezca a La diosa y al dios por su participación. Medite un rato antes de salir del lugar de consagración.
 
Una vez en casa, celébrelo de manera especial.
 
 
 
 

jueves, 1 de mayo de 2014

LA DIOSA Y EL DIOS


Todas las religiones son estructuras construidas sobre la reverencia a lo Divino, y la Wicca no es una excepción. Reconoce la existencia de una fuerza suprema, inestimable, absoluta, de donde surgió todo el universo.
El concepto de este poder, mucho más allá de nuestra comprensión, casi se ha perdido en la Wicca debido a las dificultades que tenemos en relacionarnos con él. Sin embargo, los Wiccans se conectan con esa fuerza por medio de sus deidades. Conforme los principios de la naturaleza, esa fuerza suprema fue personificada en dos seres básicos: la Diosa y el Dios.
 
Cada deidad que ha recibido adoración en este planeta existe como arquetipo del Dios y de la Diosa. Los complejos panteones de deidades surgidos en muchas partes del mundo son simplemente aspectos de esos dos. Toda diosa está incluida en el concepto de la Diosa. Y todo dios, en el del Dios.
 
La Wicca honra a estos dos aspectos por sus vínculos con la naturaleza. Puesto que la mayor parte de (aunque por supuesto no toda) la naturaleza está dividida en género, las deidades que la simbolizan son concebidas de modo análogo.
 
En el pasado, cuando la Diosa y el Dios eran tan reales como la Luna y el Sol, los ritos de culto y adoración no eran estructurados, sino una unión espontánea y alegre con lo Divino.
 
Posteriormente, los rituales pasaron a seguir el curso del Sol a través del año astronómico (y de este modo las estaciones) así como el crecer y el menguar mensual de la Luna.
Actualmente, ritos similares son observados en la Wicca, y su desarrollo regular crea una cercanía mágica con esas divinidades y con las fuerzas detrás de ellas.
 
Felizmente, no precisamos aguardar por las ocasiones rituales para acordarnos de la presencia de los Dioses. La visión de una flor perfecta en un campo árido puede suscitar sentimientos tan fuertes como los originados por los más poderosos de los ritos formales. Vivir en contacto con la naturaleza hace de cada momento un ritual. Los Wiccans se sienten cómodos al comunicarse con animales, plantas y árboles. Sienten la energía en piedras y en la arena, y hacen que los fósiles hablen sobre sus orígenes primitivos. Para algunos Wiccanos, observar el nacer o el ponerse del sol y la luna diariamente es un ritual en si, pues son los símbolos celestes del Dios y la Diosa.
Puesto que la Wicca ve lo Divino inherente a la naturaleza, muchos de nosotros nos envolvemos con la ecología - salvar la Tierra de una mayor destrucción hecha por nuestras propias manos. La Diosa y el Dios aún existen, como siempre han existido, y para honrarlos nosotros honramos y preservamos nuestro precioso planeta.
En el pensamiento Wiccan, las deidades no existían antes que los espíritus de nuestros ancestros tomasen conciencia de ellas. Sin embargo, las energías trás ellas ya existía; ellas nos crearon.
Los primeros adoradores reconocieron a éstas fuerzas como La Diosa y el Dios, personificándolos en un intento de entenderlos mejor.
Los Antiguos no murieron cuando las antiguas religiones paganas cedieron al surgimiento del cristianismo en Europa. Muchos de los ritos desaparecieron, pero no eran los únicos eficaces. La Wicca está viva y bien, y las Deidades responden a nuestras llamadas e invocaciones.
 
Al visualizar a la Diosa y al Dios, muchos de los Wiccanos los ven como conocidas deidades de religiones antiguas. Diana, Pan, Ísis, Hermes, Hina, Tammuz, Hécate, Ishtar, Cerridwen, Thoth, Tara, Aradia, Ártemis, Pele, Apolo, Kanaloa, Bridget, Hélios, Bran, Lugh, Hera, Cibele, Iranna, Maui, Ea, Atena, Lono, Marduk - la lista es virtualmente interminable. Muchas de esas deidades, con su historia, ritos y mitos correspondientes, alimentan el concepto de Divinidad para los Wiccanos.
Algunos se sienten cómodos al asociar esos nombres y formas a la Diosa y al Dios, sintiendo que posiblemente no serian capaces de reverenciar seres divinos desprovistos de nombre. Otros creen que la falta de nombres y aspectos representa una confortable ausencia de limitaciones.
la Wicca es «nueva», a pesar de ser construida sobre ritos y mitos establecidos, profundamente arraigado en los más antiguos sentimientos religiosos que la naturaleza hizo aflorar en nuestra especie. En estos rituales utilizo las palabras «el Dios» y «la Diosa» en vez de nombres específicos como Diana y Pan. Cualquier persona con una afinidad especial con deidades en particular debe sentirse libre para adaptar los rituales de El Libro de las Sombras de las Piedras Erguidas para incluirlas.
En caso de no estar familiarizado con las religiones politeístas no occidentes o no haber creado afinidad con otras divinidades que no sean aquellas con las cuales fue educado, comience por aceptar la seguiste premisa (por lo menos un momento): lo Divino es gemelo, consistiendo en la Diosa y en el Dios.
Tantos nombres les han sido dados que han pasado a ser llamados Los Sin Nombre. En apariencia se ven como deseamos, pues Ellos son todas las deidades que alguna vez existieron.
La Diosa y el Dios son todopoderosos, porque son los progenitores de toda la existencia manifestada o no. Podemos contactarlos y comunicarnos con ellos porque una parte de nosotros está en Ellos, así como Ellos están en nosotros.
La Diosa y el Dios son iguales; ninguno es más alto o más merecedor de respeto. Aunque algunos Wiccanos centraron sus rituales en la Diosa olvidando por completo al Dios, esto es una reacción a los siglos de sofocante religión patriarcal y la pérdida de reconocimiento del aspecto femenino de lo Divino. La religión basada totalmente en la energía femenina, sin embargo, es tan desequilibrada y antinatural como otra totalmente centrada en lo masculino. Lo ideal es un equilibrio perfecto entre los dos. La Diosa y el Dios son iguales, complementarios.
 
La Diosa
 
 
 
La Diosa es la Madre universal. Es la fuente de la fertilidad, de infinita sabiduría y de los cuidados amorosos. Siguiendo la Wicca, Ella posee tres aspectos: la Doncella, la Madre y la Anciana, simbolizadas por las Lunas Creciente, Llena y Menguante.
 
Ella es al mismo tiempo el campo no arado, la plena cosecha y la Tierra duramente, cubierta de nieve. Ella da a luz abundancia. Pero, así como la vida es su regalo, ella la presta con la promesa de la muerte. Esta no significa tinieblas y olvido, sino reposo de la fatiga de la existencia física. Es una existencia humana entre dos encarnaciones.
Puesto que la Diosa es la naturaleza, toda la naturaleza, Ella es tanto la tentadora como la vieja; el tornado y la lluvia fresca de primavera; la cuna y el túmulo. Sin embargo, a pesar de abarcar ambas naturalezas, la Wicca la venera como dadora de la fertilidad, del amor y de la abundancia, aún reconociendo su lado oscuro también. Nosotros la vemos en la Luna, en el silencioso y fluyente océano, es el primer retoño de la primavera. Ella es la encarnación de la fertilidad y del amor.
La Diosa ha sido conocida como la Reina del paraíso, Madre de los Dioses que crearon los Dioses, la Fuente Divina, la Matriz Universal, la Gran Madre e incontables títulos más.
Muchos símbolos son utilizados en la Wicca para honrarla, como el caldero, la copa, el hacha, flores de cinco pétalos, el espejo, collares, conchas de mar, perlas, plata, esmeralda… para citar unos pocos.
Por tener dominio sobre la Tierra, el mar y la Luna, muchas y variadas son sus criaturas. Algunas incluirían el conejo, el oso, la lechuza, el gato, el perro, el murciélago, la oca, la vaca, el delfín, el león, el caballo, el escorpión, la araña y la abeja. Todos son sagrados para la Diosa.
Ella ha sido representada como una cazadora corriendo con sus perros de caza; una deidad celestial caminando por los cielos con polvo de estrellas saliendo de sus pies; la eterna Madre con el peso de la crianza; la tejedora de nuestras vidas y muertes; una Anciana caminando bajo la luz de la luna buscando los débiles y olvidados, así como muchos otros seres. Pero, independientemente de cómo la vemos, Ella es omnipresente, inmutable, eterna.
 
El Dios
 
 
 
El Dios también ha sido reverenciado por eones. Él no es ni la deidad rígida, todopoderosa del cristianismo o judaísmo, ni tampoco un simple consorte de la Diosa. Dios o Diosa ellos son iguales, son uno.
Vemos al Dios en el sol, brillante sobre nuestras cabezas durante el día, naciendo y poniéndose en un ciclo infinito que gobierna nuestras vidas. Sin el sol, no podríamos existir; por lo tanto Él también ha sido adorado como la fuente de toda vida, el calor que rompe las semillas adormecidas, despertándolas a la vida, y estimula el brote verde de la tierra después de la fría nieve del invierno.
El Dios es también gentil con los animales silvestres. En la forma de Dios Astado, es a veces representado con cuernos en su cabeza, que simbolizan su conexión con estas las bestias. En tiempos antiguos, la caza era una de las actividades que se creía regidas por el Dios, en tanto la domesticación de los mismos se creía una actividad de la Diosa.
 
Los dominios del Dios incluían las florestas intocadas por las manos del hombre, los desiertos ardientes y las más altas montañas. Las estrellas, al ser en verdad soles distantes, son a veces asociadas a su poder.
El ciclo anual del brote, maduración y cosecha ha sido siempre vinculado al sol, y de ahí los festivales solares de Europa, los cuales son aún observados en la Wicca.
El Dios es la cosecha ya madura, el vino embriagante extraído de las uvas, el grano dorado que se mece en un campo, las manzanas jugosas que penden de ramas verdes en las tardes de otoño.
 
Junto a la Diosa, Él también celebra y preside el sexo. La Wicca no evita el sexo o habla sobre él con palabras encubiertas. Es una parte de la naturaleza y como tal es aceptado. Por traer placer, desviar nuestra conciencia del mundo cotidiano y perpetuar nuestra especie, es considerado un acto sagrado. El Dios nos imbuye vigorosamente con el deseo que asegura el futuro biológico de nuestra especie.
Símbolos normalmente utilizados para representar o venerar al Dios incluyen la espada, cuernos, la lanza, las velas, el oro, el bronce, diamante, a hoz, la flecha, la vara mágica, el tridente, los cuchillos y otros. Criaturas que le son sagradas incluyen al toro, el perro, la cobra, o pez, el ciervo, el dragón, el lobo, el jabalí, el águila o halcón, el tiburón, los lagartos y muchos más.
Desde antiguo, el Dios es el Padre Cielo, y la Diosa es la Madre Tierra. El Dios es el cielo, la lluvia y el relámpago, que desciende sobre la Diosa y se une a Ella, esparciendo sus semillas sobre la tierra, celebrando la fertilidad de la Diosa.
Aún hoy, las deidades de la Wicca están firmemente asociadas a la fertilidad, pero cada aspecto de la existencia humana puede ser asociado a la Diosa y al Dios. Pueden ser llamados para ayudar a atravesar las vicisitudes de nuestras existencias y traer placer a nuestras vidas normalmente carentes de espiritualidad.
Esto no significa que cuando ocurran problemas debamos dejarlos en las manos de los Dioses.

Esta es una maniobra de fuga, el evitar lidiar con los baches del camino de la vida. Como Wiccanos, sin embargo, podemos llamar a la Diosa y al Dios para limpiar nuestras mentes y ayudarnos a sobrellevarlos. La magia es un excelente medio para esto. Después de sintonizarse con la Diosa y con el Dios, los Wiccanos piden Su ayuda durante el rito mágico que normalmente se sigue.
Más allá de esto, la Diosa y el Dios pueden ayudarnos a cambiar nuestras vidas. Puesto que las divinidades son las fuerzas creativas del universo (y no sólo símbolos), podemos llamarlas para fortalecer nuestros ritos y bendecir nuestra magia. Nuevamente, esto se opone directamente a la mayoría de las religiones. El poder está en las manos de cada practicante, y no en las de sacerdotes o sacerdotisas especializados que celebran tales ritos para las masas. Esto es lo que hace de la Wicca un medio de vida realmente satisfactorio. Tenemos vínculos directos con las Deidades. No necesitamos de intermediarios -sacerdotes, confesores o chamanes. Nosotros somos los chamanes.
 
 
 
Para desarrollar una relación con la Diosa y con el Dios, una necesidad para quienes deseen practicar la Wicca, podría desear intentar estos rituales simples.
A la noche, siéntese o permanezca de pie mirando hacia la Luna, si estuviera visible. Si no, imagine la Luna más llena que haya visto con su brillo blanco plateado en la oscuridad, directamente sobre y delante de usted.
Sienta la suave luz lunar besando su piel. Siéntala tocando y mezclándose a sus propias energías, uniéndose y formando nuevos patrones.
 
Vea a la Diosa en cualquier forma que desee. Llámela, entonando antiguos nombres si lo desea:
Diana, Lucina, Selena. Abra su corazón y su mente para el aspecto de la energía de la Diosa manifestado en la luz de la Luna.
Repita este proceso diariamente por una semana, preferentemente en el mismo horario de la noche.
Paralelamente a este ejercicio, sintonícese con el Dios. Al levantarse por la mañana, no importa cuán tarde sea, quédese de pie ante el Sol (a través de una ventana si es necesario, o al aire libre si es posible) y báñese en su energía. Piense en el Dios. Visualícelo como quiera. Puede ser un poderoso guerrero musculoso, irguiendo una lanza en una de las manos mientras que en la otra lleva a un niño o un racimo de uvas cubierto de rocío.
Puede desear entonar nombres del Dios, como Cernunnos, Osiris, Apolo, así como hacia con la Diosa.
Si no desear visualizar al Dios (pues la visualización puede imponer limitaciones), simplemente entre en armonía con las energías que emanan del Sol. Incluso aunque las nubes bloqueen el cielo, las energías del Dios aún le alcanzarán. Siéntalas con toda su imaginación mágica.
Impida que otros pensamientos diferentes perturben su reverencia al Dios. Libere sus sentimientos; abra su conciencia para cosas más elevadas. Llame al Dios con sus propias palabras. Exprese su deseo de sintonizarse con Él.
Practique estos ejercicios diariamente por una semana. Si desea explorar los conceptos de la Diosa y del Dios, lea libros sobre mitología de cualquier pueblo del mundo. Lea los mitos pero busque sus temas fundamentales. Cuánto más lea, más informaciones tendrá en sus manos; eventualmente, usted buceará en un mar de conocimiento desestructurado pero extremadamente complejo sobre las deidades. En otras palabras, comenzará a conocerlas.
Si después de siete días todavía siente la necesidad (o el deseo), prosiga con estos ejercicios hasta sentirse confortable con la Diosa y con el Dios. Ellos siempre están en nosotros y a nuestro alrededor; sólo necesitamos abrirnos a tal conciencia. Este es uno de los secretos de la Wicca, lo Divino habita lo interior.
En su búsqueda por el conocimiento de los Dioses, pasee largamente bajo los árboles. Estudie las flores y las plantas. Visite lugares silvestres, naturales y sienta la energía de la Diosa y del Dios directamente - a través del fluir de un riachuelo, el pulso de energía proveniente del tronco de un viejo roble, del calor de una piedra calentada por el sol. Familiarizarse con la existencia de las Deidades es más fácil por el contacto real con tales fuentes de poder.
A continuación, después de haber alcanzado tal estado, puede ser que desee establecer un altar o santuario, permanente o temporal, para la Diosa y para el Dios. No necesita más que una pequeña mesa, dos velas, un incensario y un plato o fuente para contener las ofrendas de flores, frutas, grano, semillas, vino o leche.

 
 

SIMILITUDES ENTRE CHAMANISMO Y WICCA

 
El Chamanismo ha sido considerado la primera religión. Existía antes de las mas antiguas civilizaciones, antes de que nuestros ancestros diesen sus primeros pasos en su larga jornada rumbo al presente. Antes de ese tiempo, los chamanes eran los curanderos, responsables para la distribución del poder, masculino e femenino. Ellos operaban magia y se comunicaban con los espíritus de la naturaleza.
 
Los chamanes fueron los primeros humanos con conocimiento. Ellos lo crearon, descubrieron, cultivaron y utilizaron. El conocimiento es poder; los hombres y mujeres que la poseían en aquellos días eran chamanes.
 
¿De que modo los chamanes descubrían y capturaban este poder? Por medio del éxtasis - estados alterados de consciencia por los cuales ellos se comunicaban con las fuerzas del universo. Los primeros chamanes adquirían ese estado con la utilización de herramientas como el ayuno, sed, auto flagelación, ingestión de substancias alucinógenas, concentración y demás. Una vez controladas, tales técnicas permitían que ellos ganaran conciencia de otros mundos, no físicos.
 
Todo conocimiento mágico fue obtenido por medio de esas «cambios de consciencia».
 
Encuentros con espíritus y deidades, plantas y animales ampliaron nuevos puntos de vista. Entre su propia gente, los chamanes generalmente compartían parte de ese conocimiento, reservando el resto para uso personal. La sabiduría shamánica no era para consumo público.

Posteriormente, los chamanes perfeccionaron el uso de instrumentos para facilitar esas alteraciones de consciencia, marcando el surgimiento de los rituales de magia. Los chamanes alrededor del mundo todavía usan instrumentos como tambores, objetos reflectivos, música, cánticos y danza. Realmente, los rituales chamánicos más eficaces son los que utilizan tanto herramientas naturales como artificiales - el ruido de la brisa, el quebrar de las olas del océano, llamas danzantes, repiques constantes de un tambor. Todo eso, combinado con la oscuridad de la noche y los cantos, acaba por abrumar los sentidos, forzando la alteración de la conciencia del mundo físico hacia los vastos reinos de la energía. Tales son los ritos chamánicos aún existen en nuestros días.
 
De esos primitivos comienzos surgirían todas las formas de magia y religión, incluyendo la Wicca. A pesar de la actual controversia acerca de la «antigüedad» de la Wicca, ésta espiritualmente desciende de esos ritos. Y aunque refinada y alterada por nuestro mundo, la Wicca aún toca nuestra alma y causa éxtasis - cambios de consciencia -, uniéndonos a lo Divino.
 
Muchas de las «técnicas» de al Wicca son de origen chamánico.
 
De este modo, la Wicca pude ser descrita como una religión chamánica. Como en el Chamanismo, apenas un grupo selecto siéntese coaccionado a adentrarse en este círculo de luz.
 
Hoy, la Wicca ha abandonado las provocaciones de dolor y el uso de alucinógenos, a favor de los cánticos, la meditación, concentración, visualización, música, danza, invocación y drama ritual.
 
Con estas herramientas espirituales, la Wicca alcanza un estado de consciencia ritual semejante a aquellos obtenidos por las mas brutales provocaciones shamánicas.
 
He utilizado deliberadamente el término «estado alterado de conciencia». Tales estados no son antinaturales, sino un desvío de la consciencia despierta «normal». La Wicca enseñanza que la naturaleza incluye un amplio espectro de estados mentales y espirituales de los cuáles la mayoría de nosotros somos ignorantes. Los efectivos rituales Wiccanos nos posibilitan penetrar en tales estados, permitiéndonos comulgar y comunicarnos con la Diosa y con el Dios.
 
Al contrario de algunas religiones, la Wicca no ve lo Divino como algo distante. La Diosa y el Dios están dentro de nosotros y se manifiestan en toda la naturaleza. Esto es la universalidad: no hay nada que no sea de los Dioses.
 
Un estudio sobre el Chamanismo revela mucho de la naturaleza de la magia y de las experiencias religiosas en general, y de la Wicca en particular.
 
Utilizando el ritual como un modo de ingresar a la consciencia ritual, el chamán Wicca expande constantemente su conocimiento, y el conocimiento es poder. La Wicca ayuda a sus practicantes a entender el universo y nuestro lugar en él.
 
En este momento, la Wicca es una religión con muchas variaciones. Por ser un sistema tan personalmente estructurado, lo máximo que puedo hacer es declarar datos genéricos sobre su credo y a partir de ahí, filtrándolos con mi experiencia y conocimientos, crear un cuadro de la naturaleza de la Wicca.
 
La Wicca, así como muchas otras religiones, reconoce la Dualidad de lo Divino. Reverencia tanto a  la Diosa como al Dios. Ellos son iguales, cálidos y afectuosos, no distantes ni morando en el «paraíso», sino omnipresentes en todo el universo.
 
La Wicca nos enseña también que el mundo físico es apenas una de muchas realidades. Lo físico no es la más alta expresión absoluta, ni es lo espiritual «más puro» que la base. La única diferencia entre lo físico y lo espiritual es que lo primero es más denso.
 
Como las religiones orientales, también la Wicca abraza la doctrina de la reencarnación, ese tema tan mal comprendido. Al diferencia de dichas filosofías orientales, no obstante, la Wicca no enseña que tras la muerte física nuestras almas vayan a reencarnar en otras que no sean humanas.
 
Además, pocos practicantes creen que iniciamos nuestra existencia como piedras, árboles o aves antes de evolucionar al punto de poder reencarnar como seres humanos. A pesar de tales criaturas y sustancias poseen una cierta clase de alma, no es del mismo tipo que la que nosotros, humanos, poseemos.
 
La reencarnación es aceptada como un hecho por millones de personas, tanto en oriente como en occidente. Responde a muchas preguntas: ¿Qué ocurre después de la muerte? ¿Por qué tenemos el recuerdo de cosas que jamás hicimos en nuestra vida? ¿Por qué hay veces que somos inexplicablemente atraídos por lugares o personas que nunca antes habíamos visto?
 
Seguramente, la reencarnación no puede responder totalmente a todas esas cuestiones, pero ahí está para ser estudiada. No es algo que deba ser creído. A través de la contemplación, la reflexión, la meditación y el auto-análisis muchos llegarán al punto en que la acepten como un hecho.
 
El ideal Wiccano de moralidad es simple: haz lo que desees, mientras no dañes a nadie. Esta regla contiene otra condición implícita: no haga nada que le perjudique tampoco a usted. Así, si usted como Wiccan abusa de su organismo, negándole las necesidades de la vida o hiriéndose a sí mismo de cualquier otro modo, estará usted violando este principio.
 
Esto es más que una mera cuestión de supervivencia; esto asegura que estará en buenas condiciones para asumir la tarea de preservar y mejorar nuestro mundo, pues el cuidado y el amor por nuestro planeta es parte vital de la Wicca.
 
La Wicca es una religión que utiliza la magia. Esta es una de sus características mas distintivas y atrayente. ¿Magia religiosa? No es tan extraño como puede parecer. Los sacerdotes católicos utilizan «magia» para transformar un pedazo de pan en el cuerpo de un «salvador» largo tiempo fallecido.
La oración -instrumento común a muchas religiones- es simplemente una forma de concentración y comunicación con lo Divino. Si la concentración fuera ampliada, las energías pasan a ser enviadas junto a los pensamientos que harán, con el tiempo, que la plegaria se torne realidad. Las plegarias, por tanto, son una forma de magia.
 
Magia es la práctica de utilizar energías naturales (aunque poco comprendidas) para efectuar cambios necesarios. En la Wicca, la magia es utilizada como instrumento para consagrar áreas rituales, mejorarnos a nosotros mismos y al mundo en que vivimos.
 
Mucha gente confunde Wicca y Magia, como si fuesen intercambiables. Pero la Wicca es una religión que envuelve el uso de magia. Si desea únicamente practicar Magia, probablemente la Wicca no sea el mejor camino para usted.
 
Otro punto fundamental: la magia no es un medio de forzar a la naturaleza a hacer su voluntad.
Esta es una noción completamente errónea, alimentada por la creencia de que la magia es algo de cierto modo sobrenatural, como si algo existente pudiese estar fuera de la naturaleza. La Magia es natural. Es un movimiento armonioso de energías que origina cambios necesarios. Si desea practicar magia, debe antes abandonar todas las nociones de ella como paranormal o sobrenatural.
 
La mayoría de los Wiccanos no acepta la predestinación. A pesar de que honramos y reverenciamos a la Diosa y al Dios, sabemos que somos almas libres con total control y responsabilidad sobre nuestras vidas. No podemos apuntar para una imagen de un dios maligno, como Satán, y culparlo por todos nuestros defectos y flaquezas. No podemos culpar al hado.
 
Cada segundo de cada día estamos creando nuestro futuro, moldeando los cursos de nuestras vidas. Una vez que un Wiccano asume total responsabilidad por todo lo que haya hecho (en ésta y en pasadas vidas) y determina que sus acciones futuras estarán de acuerdo con ideales y objetivos más elevados, la magia florecerá y la vida se llenará de placer.
 
Eso quizá sea el corazón de la Wicca - es una unión alegre con la naturaleza. La tierra es una manifestación de la energía divina. Los templos de la Wicca son los campos salpicados de flores, las florestas, las playas y los desiertos. Cuando un Wiccano está al aire libre, él (o ella) está, en verdad, envuelto por la santidad, así como un cristiano cuándo entra en una iglesia o catedral.
 
Adicionalmente, toda la naturaleza está siempre cantando para nosotros, revelándonos sus secretos. Los Wiccanos escuchamos a la Tierra. No ignoramos las lecciones que Ella está desesperadamente intentando enseñarnos. Cuando perdemos contacto con nuestro bendecido planeta, perdemos contacto con lo Divino.
 
Estos son algunos de los principios básicos de la Wicca. Ellos forman la verdadera Wicca; los rituales y los mitos son secundarios a estos ideales, y sirven para celebrarlos.
 
Aquí, en este blog, hablaremos del Libro de las Sombras de las Piedras Verticales, es una guía para que cada uno construya su propio ritual. Puesto que dichos ritos son apenas modelos, no es necesario seguirlos al pie de la letra ni sentirse encadenado a ellos. Altérelos conforme a sus necesidades. Siempre y cuándo los ritos lo conecten a las Deidades, estará todo correcto.
 
No ignore el mundo físico en favor de los reinos mágicos o espirituales, pues solo por medio de la naturaleza podemos experimentar tales realidades. Estamos en esta Tierra por un motivo. Use, sin embargo, los rituales para expandir su consciencia de forma que realmente pueda integrarse en toda la creación.
 
El camino está abierto. La antigua Diosa y su Dios lo aguardan en su interior y a su alrededor.

Que Ellos lo bendigan con sabiduría y poder.
 
 
 
 
 

¿QUÉ ES UN HECHIZO?

 
 

Aquí, en este blog, vas  a encontrar muchísimos hechizos con su correspondiente explicación para realizarlos. Para los que todavía no se han adentrado en el mundo de la magia wicca, empezaré por dar una definición y un poco de historia sobre que son los hechizos.
 
Los hechizos está en el corazón mismo de la magia popular. Es simplemente un ritual en el cual varias herramientas son utilizadas con un propósito especifico, el objetivo está plenamente establecido (ya sea en palabras, dibujos o en el interior de la mente) y la energía es la que conlleva hacia la adquisición del resultado necesario.
 
Los hechizos pueden ser tan simples como recitar una canción sobre una rosa fresca mientras se coloca entre dos velas rosadas para atraer amor; o también puede ser el colocar un cristal de cuarzo sobre una ventana soleada con propósitos preventivos.
 
Los hechizos usualmente son mal interpretados por los no practicantes. En el pensamiento popular todo lo que usted necesita para hacer magia es un hechizo, un hechizo real, no aquel tipo de hechizos que se encuentran en los libros: como el que transmitió un ángel al Rey Salomón, el que se transcribió en algún libro mitológico acerca del trabajo de hechicería del siglo XVI.
 
Sus sueños más descabellados podrían cumplirse si usted llega a desarrollar un hechizo real.
 
Parece ser que muchas personas piensan que simplemente con el hecho de reunir unos cuantos objetos (entre más extraños mejor) y diciendo melódicamente unas pocas palabras, los poderes del universo se esparcirán, trasladarán y producirán milagros. Este es el producto de un mundo que cree que la magia debe ser sobrenatural, irracional e imposible.
 
Sin embargo, la magia trabaja con la naturaleza y con energías naturales. Los hechizos —los cantos, gestos con instrumentos, la iluminación de las velas— son tan solo la forma exterior y no tienen valor a menos que la energía se traslade. Esto es solamente responsabilidad del mago. No hay poderes demoníacos que fluyen para ayudar a la persona que pronuncia el hechizo.

 Por el contrario, es el mago que al construir correctamente un hechizo, desarrolla lo que yo llamo “un poder personal” . A su debido tiempo, este poder se liberará para que comience a trabajar en la manifestación del hechizo.
 
Los hechizos efectivos —o más bien, los hechizos que producirán los resultados necesitados— están diseñados para que cumplan con su objetivo. En las épocas, en las cuales la magia era una parte de la rutina diaria, los hechizos probablemente eran muy simples. El mago conocía de antemano que el ritual podría funcionar y no necesitaba ser persuadido en este tipo de creencia.

Después de los días gloriosos de la magia, este enfoque natural desapareció. Para que los hechizos fueran efectivos, los magos tenían que dejar a un lado su incredulidad culturalmente arraigada; la verdadera naturaleza de los hechizos cambió. Entonces, el mago agregó atuendos especiales que simbolizaban el evento que estaba apunto de ocurrir. Las velas fueron encendidas y el incienso quemado para producir su propia atmósfera romántica. El hechizo podría ser trabajado exactamente a la media noche en un área desolada con la Luna llena brillando a lo lejos. Palabras extrañas fueron pronunciadas rítmicamente para desencadenar el poder dentro del mago. Finalmente, después de una hora o algo más de trabajo, cuando al fin se alcanzaba el punto máximo de energía y un estado mental apropiado y preestablecido, el mago simplemente liberaba el poder y el hechizo había concluido.
 
Los cantos, las velas, el incienso e inclusive la Luna, contienen energías especificas, las cuales pueden ser utilizadas en la magia. Pero tales herramientas no son estrictamente necesarias para la ejecución de la magia popular. La magia está en el mago y no dentro de las herramientas.
 
Adornos extravagantes e ingredientes extraños tampoco son necesarios, a menos que el mago lo estime necesario. Los diferentes tipos de magia popular utilizan diversas especies de hechizos. Si se trata de una mente analítica e intelectual, el mago popular va a preferir los rituales de visualización, en los cuales el objetivo está plenamente establecido en la mente, como si se tratara de un vehículo a través del cual el poder flotará. Un mago más tradicional preferirá hierbas, cristales y velas.
Aquellos intrigados con la forma y patrones complejos, podrían encontrar que el uso de las runas, imágenes, colores, sistemas y símbolos mágicos llenarán sus necesidades.
Los artistas podrían crear cuadros de rituales, música y canciones de hechizos.
 
Esta es apenas una simple y llana generalización, pero debería servir para demostrar que ninguna clase de hechizo será igualmente efectiva para todos los magos tradicionales. Podemos agregar, que todos los hechizo —publicados o no— pueden ser efectivos.
 
Los hechizos están diseñados para liberar el poder personal que habita dentro del mago. Es esta energía — junto a los objetos naturales como cristales, hierbas, aceites, incienso y similares— la que le da potencia al hechizo y lo mantiene en movimiento. ¿Cómo es que funciona?
Todavía no podemos explicarlo completamente, pero la siguiente teoría parece válida:
 
Existe un poder en el universo. Este es el poder de la vida. Esta fuerza inexplicable está más allá de las maravillas que los primeros humanos encontraron. La tierra, el sistema solar, las estrellas —o lo que existe— son un producto de este poder. Los seres humanos le han dado el nombre de “Dios” y “Diosa” a esta fuente de energía.
 
Esta energía es la misma que se venera en cada una de las religiones y de diferentes maneras. Este es el poder que nos mantiene vivos, que nos permite reproducirnos y que está dentro de los seres y las cosas. No se trata de algo sobrenatural, por el contrario, este es el poder de la naturaleza misma.
 
Los humanos son manifestaciones de este poder, así como las plantas, las rocas, árboles, nubes y el agua. Nuestros cuerpos no son generadores de poder pero si son fuentes de asimilación. Nosotros tomamos la energía de los alimentos que consumimos, del Sol y del aire. La liberamos durante el ejercicio o cualquier actividad física (incluyendo el sexo) y durante la concentración, la oración o la magia.
 
Por consiguiente, la magia puede ser vista como un método de liberación de poder personal. Es tan real y tan natural como hacer ejercicio o hacer el amor. Y así como estas dos actividades son utilizadas para propósitos específicos, la magia también lo es.
 
El poder personal no es la única fuente de energía utilizada en la magia popular. Es usualmente combinada con la energía de objetos como las hierbas y piedras, las cuales han sido utilizadas en la magia por innumerables generaciones. Estos objetos no son vistos por el mago tradicional como simples piedras preciosas o plantas fragantes sino como fuentes de energía.

Esta energía puede ser suscitada y concentrada. El poder personal —ese que existe en el interior de los seres humanos— es “despertado” a través de la música o los cantos; a través de la danza; de la manipulación de varios objetos, de la concentración o de la visualización mágica.
 
La energía de las piedras, hierbas y otros objetos es provocada por medio de rituales. Las hierbas pueden ser benditas o visualizadas para almacenar la energía. Las piedras pueden ser colocadas entre las palmas de las manos. Durante esas ejecuciones el mago siente las energías que poseen estos objetos, las toca, hablando en un sentido metafísico, y logra que se muevan.
 
Los humanos y los objetos naturales tienen bandas o espectros de diferentes clases de energía. Existe solamente un tipo de energía, sin embargo, la forma física en la cual ésta se manifiesta determina sus características específicas. De esta manera, el romero posee energías que pueden ser utilizadas para propósitos mágicos.
 
El tipo de energía que permanece en nuestros cuerpos está cambiando constantemente, de acuerdo con nuestros pensamientos, esperanzas, deseos y condición física.
 
Este poder puede ser “programado” o “sintonizado" para producir un resultado específico. Esta programación tiene lugar tanto en el mago como en los objetos utilizados en el hechizo. Esto ocurre usualmente después de que el mago ha sentido las energías dentro de sí mismo(a) y dentro de dichos objetos. Posteriormente, estas energías son reducidas al propósito del hechizo, tales como el amor, el dinero o la salud.
 
Este proceso podría conllevar a la visualización: crear y mantener ciertas imágenes o conceptos en la mente. El color es otra herramienta utilizada para programar la energía. Una rosa, al ser utilizada en un ritual para atraer amor, podría emanar un brillante color rosado, el cual se conoce como el color del amor.
 
Cuando las energías que van a ser utilizadas en el hechizo tienen el tono y la frecuencia apropiados todo estará listo para la transferencia real.
 
Durante este proceso de adaptación se pueden encender las velas, marcar o dibujar símbolos en la corteza de un abedul, o pronunciar palabras establecidas, pero tales acciones rituales sirven solamente para intensificar la concentración del mago sobre el trabajo que esté ejecutando.

Este poder puede ser movido y dirigido. El poder puede ser liberado de sus confines físicos (el cuerpo humano, los cristales de cuarzo, etc.) y enviado hacia el propósito del hechizo. Durante los rituales de sanación este poder es proyectado hacia la persona enferma. Si se necesita protección, la energía puede ser dirigida a un área pequeña de un edificio, por ejemplo hacia la puerta del frente, o inclusive hacia un automóvil o una mascota.
 
Una vez la energía haya sido liberada de sus formas materiales, no estará limitada por las leyes físicas. El mago puede moverla 10 pies o 10 mil millas si el trabajo lo requiere. El conocimiento y la experiencia del mago popular —no la distancia involucrada— determinan la efectividad del hechizo.
 
La energía enviada a través del uso de la visualización, o a través de gestos rituales como señalar con los dedos, utilizar varas mágicas, espadas y cuchillos mágicos o simplemente a través de la concentración. Una vez trasladado este poder, tendrá un efecto sobre su objetivo.
 
El método por el cual el poder cambia su destino puede ser determinado por el mago durante el ritual o por las circunstancias que pasaron en el momento de su llegada.

No existe una explicación exacta acerca de cómo sucede este cambio —al menos no todavía—. Quizás esto se pueda comprender al utilizar una analogía: cuando se agregan unas cuantas gotas de color a un vaso de agua, el agua no se altera ostensiblemente, pero la introducción del color, el cual es soluble en el agua, ha creado una combinación de ambas sustancias —color y agua—.
 
Parece ser que la magia trabaja con los mismos lincamientos.
 
La energía de sanación que es enviada a una persona enferma o herida, en realidad no cura, pero parece que puede hacer que se aceleren los procesos de sanación del cuerpo. La energía de protección visualmente no altera a un edificio u objeto en donde está concentrada la energía, pero sí puede crear un cambio no físico, puede crear una barrera de energía que resista la entrada de poderes peligrosos o negativos.
 
En pocas palabras, esta puede ser la explicación de un mago acerca de la magia. No todos los magos podrían estar de acuerdo con todos los detalles de este modelo, pero sí puede darnos un marco referencial para crear nuestras propias explicaciones.

Desde este punto de vista, la magia popular no puede ni podrá analizarse como un proceso sobrenatural e idealista.
 
Aunque no hemos explicado en detalle la magia popular (la franja de la física cada vez se acerca más a este logro), simplemente dejamos en claro que se trata de un proceso natural que la mayoría de nosotros no hemos utilizado.
 
El hechizo es una forma de drama ritual, una serie de acciones mágicas, mentales y físicas diseñadas para provocar, programar, liberar y dirigir la energía hacia un propósito específico.
 
La ciencia no ha tenido la intención de penetrar en todos los secretos de esta fuerza misteriosa. Los efectos al usar un interruptor para prender una luz pudieron haber sido mágicos para nuestros ancestros, y aun lo siguen siendo.
 
“Prender” un poder mágico, lo que antiguamente constituía un acto común, es hoy en día una práctica oculta (escondida) pero pueden ocurrir miles de veces al día.
 
Alguna vez un reportero de un periódico se quejaba acerca de que la magia era —como ya lo había explicado— demasiado ordinaria y también demasiado cotidiana.
 
Teniendo en cuenta los escandalosos encabezamientos y oraciones consagradas a los demonios, se sintió abatido al descubrir que la magia es un proceso natural.
 
La magia es el movimiento de energías naturales. Todo los adornos extravagantes, los secretos, la sangre de murciélago, los ojos de salamandra, la música escalofriante, los encantos extraños y el resto de cosas similares están ahí, a la mano de las personas que las necesiten o las deseen —aquellos que no puedan sentir la energía dentro de ellos mismos o en la naturaleza— sin utilizar accesorios dramáticos para desistir de su incredibilidad.
 
La verdadera magia popular, como ya lo hemos dicho, no necesita nada de eso. Todo lo que requiere es un ser humano con conocimiento acerca de la magia y profundas conexiones con la tierra. En el interior de estas cosas están todos los secretos de la magia.
 
Otro aspecto importante,  y que debería estar relacionado con la magia popular, es que el creer no da poder a los hechizos.
 
La creencia es incierta e implica que el que cree puede estar equivocado. Puede ser un presentimiento, una idea que sólo tiene la emoción como soporte. Creer en Dios es una cosa pero tener conocimiento de una relación con él o ella es algo muy diferente.
 
Las creencias pueden jugar un papel importante en la magia cuando las personas comienzan a experimentar con ella. Es un paso necesario. Eventualmente, una vez que la magia ha demostrado tener efectos, esta creencia se fortalecerá con cierto conocimiento. Sin embrago ni las creencias ni la fe son suficientes. Solamente el conocimiento permite la magia efectiva: el saber que la magia es un proceso genuino y que la energía es una parte natural y viable de la vida que puede ser programada y proyectada para producir efectos específicos.
 
Así que aquellos libros que afirman que el mago debe creer en la magia para que sea efectiva están equivocados.
 
La creencia es tan solo una parte de la magia, de la misma manera que una computadora está compuesta de muchas partes.
 
Una vez la persona haya alcanzado determinado dominio sobre estos conceptos básicos, él o ella sabrán que si ejecuta ciertos procedimientos, entonces ocurrirían ciertos efectos.
 
Los magos populares no dudan de la eficacia de la magia. Ellos saben que los hechizos son las claves para desbloquear las energías naturales que pueden ser utilizadas para mejorar sus vidas.